jueves, 31 de marzo de 2011

Crisis

Ayyy, España, hogar de tantos hogares, ¡que estás en crisis!

Desde aquí quiero enviar una pequeña contribución partidista que ayude a esclarecer la situación. Un hálito quesero que nos dé esperanza. Se trata de un recorrido a través de tres situaciones de ejemplo que dibujan groseramente (sobre todo groseramente) una nueva perspectiva sobre esta nuestra situación de crisis actual. La idea es que a lo mejor nos va tan mal porque nos estamos volviendo todos gilipollas (y el primero, el que suscribe). El argumento de fondo es sólido al 35%.

Ejemplo 1.

Richard Chamber Lavín es un emprendedor de mediana edad y diputado por Santander que un buen día decide que es el momento de usar sus ahorrillos, fruto del esfuerzo prolongado en el tiempo y en el espacio, para realizar una inversión. Realizar una inversión, entre Algeciras y Finisterre -y con perdón de los canarios- significa comprar una casa. Y ahí va el tío. Busca en Internet y encuentra un chollazo de adosado a 20 minutos de la playa. Promociones Tor se llama la inmobiliaria. Buenas referencias.

Días y trámites más tarde ya tiene su hipoteca en propiedad, si se me permite la expresión, y allí que se muda a disfrutar del lejano olor de la costa con su mujer, su perro y el que sospecha que es su niño (no, no está seguro, pero es irrelevante para el caso que nos ocupa).

Pero cual no será su sorpresa cuando el supuesto niño, como a él le gusta llamarlo, la mujer y él mismo reciben un buen día una carta de Promociones Tor que reza así:

[…] solicitamos su consentimiento para ceder SU CASA [...] a las siguientes empresas del Grupo Tor, las cuales tienen por objeto la realización de las actividades relacionadas en el primer párrafo de esta carta [....]

En el supuesto de que Usted no desee que procedamos a esta cesión de SU CASA, podrá comunicárnoslo llamando al teléfono gratuito [...] o enviándonos un correo electrónico a nuestra dirección de correo respuesta (sic) [...]

Si, transcurridos 30 días desde la recepción de esta carta, no nos manifiesta su oposición a esta cesión de SU CASA por los medios indicados en el párrafo anterior, entenderemos que nos otorga su consentimiento para llevarla a cabo en favor de las empresas enunciadas anteriormente y para los fines asimismo descritos en la presente carta. [...]

Abstraído en tan inquietante lectura, Richard no escucha el sonido del timbre.

—Richard, la puerta —dice el supuesto niño.

—No me llames Richard, que se supone que soy tu padre —responde Richard.

Entre el enfado y el aturdimiento camina lenta y pesadamente hacia la puerta. "A estas horas", se dice, "un jueves por la mañana. La gente no respeta nada". Rechinando los dientes -costumbre cántabra de orígenes inciertos- entreabre la puerta. Antes de que pueda siquiera plantearse evitarlo, alguien la abre de una patada desde el otro lado.

—Ya nos estamos yendo, maestro -dice el hombre vestido de azul recién interrupto en el hogar.

—¿Cómor? —responde Richard tensando los músculos.

—Lo que oye, pa’fuera. Esta casa ahora es propiedad de Promociones Tor, y tú y estos ya me estáis sobrando.

—Pero lo carta…

—Pero la carta —dice el hombre de azul en tono de burla-. La carta llegó hace un mes y un día. El que no la haya leído tiempo ha tenido.

—Pero si me la acaba de dar mi supuesto niñ…. —Joío niño, piensa al instante para sus adentros. Qué condena.

Y ahí salen los tres, Richard, su mujer y el supuesto niño, con una mano delante y otra detrás, camino al incierto mundo de la calle cántabra…

Moraleja:

Qué poquito vale la propiedad en este mundo. Uno piensa que no hay nada que sea más de uno, más suyo, que su casa. Bueno, sí, su nombre quizá. Ni eso, ya. ¿Que no? Ofrezco como prueba la siguiente carta de Emasagra, recibida hará cosa de un mes [ups!]

Documentación:


[Para los torpes… Donde pone "sus datos" sustituir libremente por "su casa", "su perro", "su chándal de cuando salía a la puerta de chiquitillo a jugar al fútbol", etc.]

Ejemplo 2.

Francisco Rete de las Orejas ha descubierto que su lugar en este mundo está en Torrefístula del Nabo, provincia de Cáceres. Ahí enjugó su infancia y ahí es donde él se encuentra feliz, dichoso estrictamente hablando. El único problemilla es que no tiene donde quedarse. Busca una casa pero nadie quiere vender (como para vender una inversión así a la ligera), y los alquileres están por las nubes. Decide pues, como tantos, que para lo que tendría que pagar de alquilé, que le construyan una casa, que le va a salir por lo mismo y encima es suya, y decide contactar con Torrefistulana de Construcciones.

En ese idioma peculiar de los torrefistulanos, las palabras del responsable de la inmobiliaria suenan a gloria:

—Usted me va dejando aquí una buena parte de lo que gana todos los meses, buen hombre, y en unos meses tiene su casa finiquitada; que vamos, la envidia de Europa. Y usted en lo más alto, gozando. Le hago hasta los armarios empotrados, por mis muertos.

Esta última blasfemia, innecesaria desde todo punto de vista —opina Francisco para sí—, le hace despertar de su sueño. Es tarde. Ya lo ha visto: las dulces palabras del constructor han enardecido sus ensoñaciones. Efectivamente, allí se ha visto, lejano y egregio sobre sus desdeñosos vecinos, contemplando como se pierde el horizonte por los maltratados campos extremeños.

—Y ya los quisieran en Cataluña —dice en voz alta.

—¿Dice usted? —se sorprende el constructor.

—¿Eh? No, que nada. Que me ha convencido. Vaya que si me ha convencido. Vamos, que ahora mismo le suelto el primer plazo. ¿Cuánto es?

—Tropecientos.

—Como estos.

Y se va Francisco Rete de la Oreja de vuelta a sus tierras de adopción (Vilanova i la Gtroup). Allí pasan húmedos meses costeros, pero Francisco sigue sin noticias de su inmobiliaria. "Corta es la espera..." se dice esperanzado. Pero la desesperación se le va colando por las entrañas y un buen día, ya ávido, decide pegarse un fin de semana en Torresfistula del Nabo para ver cómo van las obras de su obra y también, por qué no, para ver cómo andan esos traviesos vecinos que tantos ratos inolvidables le han hecho pasar.

Cuando llega, el pueblo es una fiesta. “¿Será por mí?” se dice. Y las palabras resuenan en su cabeza con voz infantil; con su voz, de hecho, la de aquella vez lejana, cuando vio a sus padres pelearse amorosamente en el sofá. Pronto se da cuenta de que, esta vez, tampoco es por él.

En el centro del pueblo, en lugar de su casa, se levanta un edificio de tres plantas de construcción confusa. En lo más alto del edificio, una descomunal pancarta anuncia la escena: “Los pisos de 20 metros que necesitaba Torrefístula [“del Nabo", en letras pequeñas], gracias a Torrefistulana de Construcciones”.

Abajo la escena propiamente es la siguiente: el responsable de la inmobiliaria, el mismo que puntualmente recibía un porcentaje amplio de su propio sueldo, inaugura un edificio donde supuestamente iba a construir su casa.

—Y por eso os pido que confiéis en Torrefistulana de Construcciones. Más grande, más alto, mucho mejor.

Aplausos.

Indignado se acerca a escucharlo de cerca. Entre la multitud, dos vecinos traviesos le cortan el paso.

—Esto es mu bueno para el pueblo -dice el de la derecha.

—A ver, cuando le pongan las tuberías, las ventanas, las puertas y lo otro, a ver, si esto trajera gente joven, europeos y eso.

Moraleja:

Qué cuidado no habrá que tener con dónde pone uno los dineros y a quién se le dejan. Y qué fácil es que a uno lo tomen luego por tonto encima (Francisco acabó comprándose un piso de 20 m).

Documentación:

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/prisas/electorales/llevan/inauguracion/aeropuertos/elpepiespval/20110321elpval_7/Tes


Ejemplo 3.

Corría una primavera de un año próximo. La familia Pipas Peláez llevaba un tiempo viviendo sin vivir en sí, como se dice. Su hijo el menor, el más inconsciente de una familia de idiotas, se fue un día a la discoteca a las tres de la mañana y no se le ocurrió otra que darle una paliza de las de "despiértate o amorrínate" al portero de la susodicha discoteca, quien, supuesta y nocturnamente, le habría estado “sobando el culo de arriba abajo y de abajo arriba a mi hermana” en palabras del acusado. El juicio subsiguiente le había resultado favorable al idiota. Pero la calle es un juez que no perdona fácilmente y, en los meses que siguieron a la agresión, el ambiente en el pueblo se volvió tan asfixiante para los Pipas Peláez que hasta un idiota se habría sentido incómodo.

—No podemos seguir así —le decía el cabeza de la familia Pipas a su familia-. No puede ser que por esta cabeza loca de mi niño estemos así, todo el día. Hasta en el súper me amenazan. ¡Me amenanzaaan! -dice prolongando innecesariamente las vocales.

—Papa —dice su hijo mayor—. Mira, me han dicho los primos del chaval que si vamos a hablar con ellos y negociamos, que lo mismo nos perdonan y podemos vivir tranquilos.

—¿Hablar con esos? Ni de coña. Con lo enrevesados que son esos. ¿Y hablar quién? ¿Tú?

—Pues sí, yo, papa. Reconócelo, soy el menos idiota de la familia. Y además, que eso, que a lo mejor si negociamos se acaba esto antes.

El padre no lo ve claro. Y lo dice: “No lo veo claro”. Su mirada torva corrobora sus palabras. Es una mirada característica, muy suya, muy de los Pipas Peláez, en realidad. Como nadie lo ve claro, deciden someterlo a votación y, finalmente, se decide que el hijo mayor de los Pipas Peláez, el menos idiota de todos ellos, vaya con los primos del de la paliza a negociar, para a ver si así los dejan ya tranquilos en el pueblo.

Meses más tarde, el cabeza de la familia Pipas, en una iluminación arrebatada, recuerda toda la historia y le pregunta a su niño el mayor:

—Niño, ¿qué pasó con lo de la negociación? ¿Negociaste bien? ¿Regular ná más, no?

—No, papa. Negocié bien, pero son unos mierdas.

—¿Que negociaste bien? ¿Y qué les ofreciste, a ver? -pregunta el padre con soportable indignación.

—Les dije que, si nos dejaban tranquilos, que el Undiano Mallenco [pseudónimo] podía sobar a mi hermana cuando le diera la gana, si ella se dejaba.

—¿Que les ofreciste qué? Me cago en tó tu…

Y se levanta con ademán violento.

Moraleja:

Si vas a negociar, cuidaico con negociar. A las primeras de cambio te ves cambiando unas cosas por otras…

Ejemplo:

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/30/opinion/1301501973.html

[La de recetas que sabe este hombre]


domingo, 4 de julio de 2010

Un dato: la residencia Boyer-Preysler (conocida en ciertos círculos como Villa Meona) dispone de un número de cuartos de baño que oscila, según las fuentes, entre 14 y 17.

Nueva Economía Forum se define como una “Organización Independiente de Debate”. Es una organización privada fundada por los presidentes de algunas de las empresas españolas más importantes. Según sus propias palabras, su objetivo es el de promover el debate y el diálogo a través de sus foros abiertos, neutrales y plurales. Imaginamos que algo de eso buscaban con Boyer.

Miguel Boyer, empezó fuerte. Socialista desde los sesenta llegó a estar preso unos meses en Carabanchel. Cerca de allí, algunos grandes de España conquistaron su condición más noble y profunda, notablemente Rosendo y Manolito Gafotas. Para él, sin embargo, fue el principio de un caminito que, curvita a curvita, le fue llevando hasta los estercoleros de la Jet Set y las juntas directivas de algunas de las empresas más simpáticas de este país, como Campsa y el holding de las Koplowitz. Ese circulillo de amiguetes son los que le invitaron a una charlita en el mencionado forum.

Se dice que cuenta con antepasados francmasones. Quien sabe si de ahí vino su encono con Ruiz Mateos, supernumerario que fue (caído después en desgracia), y cuyos pies probaron el suelo frío (y suponemos que limpio, a estas alturas de la democracia) de la cárcel. Desde allí le contaba a Pedro J.:

A la hora del recuento por las mañanas, cuando todos los reclusos forman fila, ante el funcionario siempre digo: «¡Falta Boyer!» Se ríen a carcajadas.

Boyer no cae simpático, no gusta. A más de uno le habría gustado encarnar al responsable de los flanes Dhul, acercándose a la calva del exministro exsocialista con esa técnica de golpeo o “cosqui”, con ese escorzo de muñeca y nudillos tan particular que nunca comprendí del todo, como si fuese una técnica aprendida en la infancia, que imaginamos rodeada de curas.

¿Por qué cae tan mal Boyer? Dicen que es de carácter voluble, impredecible, arisco incluso. Alguien más bien difícil de aguantar, salvo quizás por su mujer, que ya lleva más de 20 años (aproximadamente los mismos que su pueblo aguantó al dictador). En general, hay poca gente que haya terminado de comprender como se abandona a un follasquín como Julio (weah) por alguien tan insulso como Boyer. Sus secretos tendrá, como Filipinas. Claro que Filipinas, como la casa Boyer-Preysler, son bien grandes; lo mismo pasan años hasta que tengas que cruzar con el personaje, y ahí vas tirando. Claro, también, que es tan español pasar de las Filipinas y que vengan otros a aguantarlas… No podemos culpar a Julito.

Yendo a lo que vamos, Boyer, retirado desde hace bastante tiempo de eso que llaman la primera línea (que lástima que no les lluevan balas), salta a la palestra y se desmarca con esta bonita declaración: Si se siguen bajando los sueldos en el Gobierno, sólo llegarán analfabetos.

Se quejaba así de la bajada de sueldos a los políticos. El argumento es breve pero espeso; su conclusión última es que Amancio Ortega, dueño de Zara, probablemente sea el tío más culto de este país. No se le conocen libros publicados, descubrimientos conspicuos ni brillantes aportaciones a la ciencia, pero siempre se podrá decir que el verdadero sabio se lo guarda para sí (si se puede decir lo de antes, ¿por qué no vamos a poder decir esto?).

En qué momento el socialista Boyer pasa de Marx a esta especie de meritocracia al revés, si antes o después de entenderse con la Preysler, no lo sabemos. ¿Por qué meritocracia al revés? Porque intuyo que no es que Boyer piense que a los mejores les corresponde disfrutar de los mayores beneficios, sino que son los que tienen más beneficios los que podemos considerar, legítimamente, los mejores.

¿Es mucho suponer de lo poco que ha dicho Boyer? Probablemente, pero quizá no tanto cuando uno empieza a revisar las opiniones de los otros grandes de este país, no las que sueltan cuando sabe que todo el mundo escucha, no las que escriben en sus periódicos —los que aún no se han atrevido a soltarse del todo la melena. Me refiero a esas cosillas que suelta Esperanza Aguirre “fuera de micrófono” o las perlitas que se le escapan a Díaz Ferrán cuando cree que nadie le escucha. Eso es lo que realmente piensan los que han llegado lejos. Que somos un país de vagos, que quien no trabaja es porque no quiere o no se lo merece y que todo nos iría mejor si, al fin y al cabo, dejasen hacer a los que saben.

Con todo, que personajes de este calado y su mercado y sus falacias para parvulitos nos hayan llevado al desastre, no nos redime de nuestra ofensa: hemos permitido que olviden demasiado pronto su culpa, si es que algunos han llegado a sentirla.

Bastaría con enfrentarnos a los que saben convertidos en otros superhéroes: los que recuerdan. La ventaja es que para recordar ni siquiera hace falta un sueldo mínimo. El inconveniente es que cada palabra que se les da, cada segundo que encendemos la televisión, cada error que condescendientemente les perdonamos y, por qué no, cada secreta envidia que nos permitimos de sus casas con catorce cuartos de baño es una dosis pequeña, pero incurable, de amnesia.

Así pues, no queda más que agradecerle a Boyer que aprovechara ese minutejo de gloria para decir una de sus verdades, e interrumpiera momentáneamente la función con un buen pedete postalúbico. Y es que, a veces, catorce cuartos de baño no son suficientes para lo que uno tiene en el cuerpo. Para eso están los forums.

sábado, 1 de mayo de 2010

La deuda griega

Lo gracioso que es a veces ver cómo se desplazan los significados en tan poco tiempo. Un ejemplillo: si a Heidegger, hace unas pocas décadas, le hubiesen preguntado qué es eso de la deuda griega, su respuesta habría sido bien distinta a la que casi cualquiera de nosotros daríamos hoy (casi, que hay gente para todo). Los significados se mueven como por una cuerda tendida; cada uno ve el sentido (el principio y el fin) como quiere y puede.


Sin duda para Heidegger la cuerda iba de Berlin a Atenas. Para Standard & Poor’s no. Por mucho que nos pese, a los últimos se les hace mucho más caso que al primero, y nadie dice que no sea mejor así. En cualquier caso, concedámosle a Heidegger la sospecha de la constancia; intentemos ver si aún hoy su perspectiva tendría algo cierto. Dejemos hablar al ser de la deuda griega…


Los alemanes, tan listos que son para algunas cosas (¿quién inventó el ABS?), pecan a veces de inocencia. No creo que haga falta remitirse a la historia para corroborarlo. El caso es que, desde que existe esa cosa llamada Unión Europa (y antes la CEE) a Alemania se le ha colgado el sambenito ese de “tren de Europa”. Efectivamente, Alemania es el país que más ha aportado a los fondos de cohesión, fondos que han permitido a países como España desarrollarse de forma espectacular en los últimos 20 años. El desarrollo implica un mayor consumo, también, especialmente de bienes elaborados, como los coches, por ejemplo. La unión de Europa supone ausencia de aranceles entre los países miembros. El resultado: en los últimos años, mientras Alemania seguía donando dinerales a los fondos de cohesión, en España (en Italia, en Portugal, en Grecia), también se han multiplicado, entre otras, las ventas de coches alemanes. La mayoría de los coches alemanes se producen en fábricas alemanas. Cuanto más produce una fábrica alemana, más beneficios aporta a las arcas del estado alemán (que de algún lado tiene que sacar el dinero para los fondos de cohesión). Se ve que al final les salen las cuentas: no han dejado de crecer en todos estos años, hasta la crisis.


Pero volvamos a la deuda…. Todos los países emiten deuda para financiarse. Los inversores (privados o estatales) compran esa deuda y el estado emisor se compromete a devolver el importe íntegro más un interés determinado. Ese interés se establece en gran medida en función al riesgo de impago por parte del país emisor. Así, el interés (la rentabilidad) que ofrece la deuda alemana es mucho menor que la que ofrece la deuda griega, dado que el riesgo de impago es mucho menor en el primer caso. ¿Quién establece cuál es ese riesgo? Las agencias de calificación como Standard & Poor’s. El riesgo acontece; Standard & Poor’s lo convierte en una cosita, una nota con la que podemos calcular, especular, negociar, chantajear…


Especulemos un poco —en el sentido no financiero del término, si es que lo hay. En principio, para un inversor no es malo que una deuda tenga una calificación baja: el país emisor tendrá más problemas para colocar sus bonos y tendrá que ofrecer un interés más alto para venderlos. El único problema es que, cuando llegue el momento de devolver el importe de los bonos (más sus intereses), el país emisor se vea sin un duro y se declare en suspensión de pagos. El inversor codicioso se queda entonces sin su recompensa. Ay, en este mundo pasan muchas cosas horribles, pero esto si que no lo podemos permitir…


Grecia amenaza con la suspensión de pagos. Resulta que tiene un déficit fuera de control, resulta que ha venido falseando sus cuentas desde hace años (con ayuda de algún que otro banco) y su economía está mucho peor de lo que se pensaba. No puede pagar los bonos que van venciendo y tiene que vender nuevos bonos a un interés altísimo. Los europeos nos reunimos para aportar eurillos que saquen a Grecia de la crisis; no dinero a fondo perdido, sino deuda que compramos a un interés más razonable que el que Grecia encuentra en el mercado. No obstante, la decisión se retrasa…


Alemania, que como siempre es la que más tiene que aportar, se resiste a avalar a los griegos con el dinero de sus contribuyentes. Es normal: queda feo decirle a un tío con bigote de Baviera que tiene dar dinero para que los griegos no se hundan, que los griegos están muy mal porque han estado pegándose la vida padre todos estos años con unas pensiones y unos servicios que ríete tú de Noruega, sin haber aportado nada más (¿y nada menos?) que los yogures, y ahora ni siquiera quieren recortar el gasto, pero siguen pidiendo dinero. El bávaro comprende (comprehende) entonces el verdadero ser del griego. Revelación que probablemente no le guste (es cuestión estadística, y más en Bavaria) y decida votar por los liberales, pongamos, en las próximas elecciones regionales alemanas. Y eso a Merkel no, no.


Entonces, ¿qué? ¿Van a dejar que Grecia se desplome y deje sin el fruto de su esfuerzo inversor a cientos de especuladores? No es probable porque —y esto es lo más gracioso— los mayores compradores de deuda griega hasta ahora han sido ¿quién? Los alemanes. Si Grecia no paga, ¿quiénes son los mayores afectados?


A nuestro bávaro todavía le podríamos explicar que, efectivamente, sus contribuciones al estado se van a utilizar como red de seguridad para los funámbulos financieros que arriesgan el dinero de todos y luego se reparten los beneficios entre ellos, igual que se utilizaron antes para rescatar a los bancos que tanto hacen por nosotros en los momentos de bonanza. El problema es que, aun cuando se lo explicásemos, puede que no lo viese tan mal. Hay gente así, hay gente a la que esto no le parece tan mal. Algunos y algunas hasta gobiernan en alguna comunidad autónoma y piensan que, verdaderamente (según su verdad revelada), es mejor rescatar a un banco que pagarle 400 euros de PER (la “p” es de pitas, pitas….) a un jornalero andaluz.


En fin, que mientras leemos esto, la diferencia entre la deuda griega y la alemana alcanza máximos históricos. La diferencia óntico-ontológica, que sepamos, sigue sin cotizar.


Más o menos esto es lo quería poner por escrito, para ver si yo mismo me aclaraba la cabeza y comprobar si realmente es tan chungo como sospechaba. Creo que me he empachado de claridad… Siempre nos quedará Heidegger:


La verdad (el estar al descubierto) debe empezar siempre por serle arrebatada

al ente. El ente es arrancado al ocultamiento. Todo estado fáctico de descubrimiento

es siempre algo así como un robo. ¿Será un azar que los griegos, para decirla

esencia de la verdad, usaran una expresión privativa (λθεια)? ¿No se acusa en

este modo de expresarse del Dasein una comprensión originaria de su propio ser,

que es sin embargo tan sólo una comprensión preontológica del hecho de que el

estarenlanoverdad constituye una determinación esencial del estarenel—mundo?


Mu bien… Y ahora, ¿qué hacemos? Pues no sé, que si lo tienen que hacer, pues que lo hagan, pero que se corten un poquito ¿no? Véase chister:


http://www.youtube.com/watch?v=vMdMYHFI4fQ

miércoles, 3 de febrero de 2010

Dolores de espalda

3 de febrero de 2010. Haití cuenta 200.000 muertos tres semanas después del terremoto. Nuevo record del paro:4.048.493. Obama desoye a China y reitera que planea reunirse con el Dalai Lama.

¿Cuáles son las dos noticias más leídas de la edición digital de El Mundo? Oscar, el gato capaz de prever la muerte y La chica de los senos gigantes, a quirófano.

Que conste que la primera todavía no la he leído. La segunda sí, lo siento, yo también he picado. Aunque sé que va a ser difícil, voy a intentar prescindir de los chistes fáciles. La noticia en cuestión tiene su miga (cuidado). Incluye un vídeo en el que la afectada, de dieciséis años, nos cuenta su experiencia. La niña es lo más digno de la noticia.
Atención al (casual) contrapicado de la entrevista. Me imagino yo así una entrevista con Rubalcaba… Comienza así:


Los exagerados senos de Yesica Johana Mejía tienen los días contados. La joven de 16 años los mira con extrañeza, frota sus manos sobre ellas e…

Ya sé que estáis deseando ir a leer la noticia, pero aguantarse un poco. No he puesto la dirección Web hasta más abajo. No vayas más abajo, espera.

De paso, la letra negrita de la cita no es mía, y la gramática así un poco floreada de más es colombiana. Se ve que los de El Mundo, a la caza siempre de la noticia del momento, no escatiman en recursos para comprar noticias internacionales.

Advierto que pasada cierta hilaridad inicial, la noticia da penilla, si a uno le quedan entrañas:

Agarrada a su madre, Silvia Puentes, cruza en medio de la mirada penetrante de decenas de hombres que la observan con morbo y hasta la provocan vulgarmente. "Chao tetota", gritan sin piedad, mientras ella seca con la yema de sus dedos las escasas lágrimas que aún se deslizan sobre sus mejillas.

Que nadie se preocupe si no le quedan entrañas. Mientras no compre El Mundo podrá seguir mirándose con algo de dignidad. Siempre nos queda el consuelo de pensar que un Pedro J. o un Matías Prats en Colombia debe de ser bastante peor. Si no, apréciese la finura del redactor colombiano:

"Es horrible, me he pegado unas lloradas... Hay días en que le amanecen las 'puchas' más grandes, parece que les echaran aire. Ayer le crecieron más, uno se da cuenta así no más", explica con una cara de preocupación evidente la progenitora, quien contrario a la hija tiene un busco pequeño.

Un busco, sí. Pero no encuentro. En la madre, al menos.
La negrita tampoco es mía. Es más, no llego a entenderla. Y sigue:

"Me dijeron que una señora me los podía confeccionar [los sujetadores] pero resultó ser falso. Me explicó que mi hija era talla 50 y la única opción era pegar retazos y acomodarlo en sus pechos", narra su madre, mientras le acomoda el seno derecho que parece ser más grande que el izquierdo.

Esto no aparece en el vídeo, por si alguien lo estaba buscando.

Bueno, son colombianos, nos decimos…
Un vistacillo a los comentarios (comentarios de españoles. Españoles de El Mundo, nada menos):

#19. ¿Y cuánto es una talla 50 en cristiano?
#23. Una 130 o por ahí. Es lo que carga mi madre y tiene la espalda y las cervicales hechas papilla. Pánico me da pensar que voy por el mismo camino.

#20. La actriz que interpretaba a Punky Brewester tuvo ese miso problema. En serio.
Este lo pensé yo también. Había salido el día anterior en el 20 minutos. Otros protagonistas de la serie:
—El viejo: retirado del cine, pero hizo Loca Academia de Policía.
—La negrilla: salía en Cosas de casa, con Steve Urkel.
—La negra grande: muerta.

#22. Esa es una cirugía prohibida por la Organización Universal por los derechos del hombre......

#5. Querida Jesica: ¡Qué Dios te bendiga! ¡Te deseo una pronta recuperación! ¡Tienes una mamá que vale un millón y de los guarros no te preocupes que ellos confunden las perlas con piedras! Un abrazo fraternal de quien por edad pudría ser tu papa. ¡Buena suerte!

A lo mejor este no os hace gracia. Es que hay que leerlo rápido.
Y bueno, a lo mejor ya he destripado casi toda la noticia y no tiene mucho sentido leerla, pero bueno. Os paso la dirección. Como consuelo, he dejado mi propio comentario. Pensaba que no iba a colar, pero coló, coló. Se ve que Pedro J. tiene manga ancha.

La noticia:
http://www.elmundo.es/america/2010/02/02/colombia/1265086587.html

Alegraos. Por lo menos no han puesto “senos gigantes” en la URL. Qué fea costumbre esa de poner el título en la URL, que luego te quedan cosas como esta de El País:

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Igual/soy/mona/juego/poquer/nada/mal/elpepiult/20100202elpepiult_2/Tes

Ya os dejo que veáis vosotros solos la del gato Oscar. Un adelanto, para picar:
Fue adoptado cuando era pequeño para ser entrenado como gato para terapias.
Hasta el momento ha predicho con exactitud unas 50 muertes.

Y que luego digan que los gatos son inofensivos…

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Campus de excelencia

Y es que si se quiere saber de algo, lo mejor es preguntarle a ese algo, suponiendo que nos pueda responder. En 1531, Carlos V, primero de España (con perdón) decide refundar la Universidad de Granada. Me temo que aún no he conseguido contactar con él, ni el conmigo, aunque nos queda tiempo. Lo bueno es que en estos casi 600 años, la Universidad de Granada se ha convertido en una entidad con voz propia, no una entidad de esas difusas como improbablemente el emperador y probablemente España, sino toda una institución, capaz de hablar de sí misma. Por qué entonces perdernos en los siglos más oscuros. La Universidad de Granada nos habla hoy en exclusiva sobre sí misma desde su página Web.

La Universidad de Granada fue fundada en 1531, siendo continuadora [bonito gerundio] de una larga tradición docente que enlaza con la de la Madraza del último Reino Nazarí.

La Universidad está muy presente en la ciudad de Granada, disfrutando [bonito gerundio] de la peculiar belleza de su entorno y de una situación geográfica privilegiada por la cercanía con Sierra Nevada, con una excelente estación de esquí, y con la costa mediterránea, en la que se encuentran importantes enclaves turísticos como Motril, Almuñécar o Salobreña.

Animo a mis compañeros a hacer clic en cada uno de los enlaces, muy especialmente, si aún no lo conocen, en el enclave turístico de Motril, envidia de Móstoles y joya portuaria ya en tiempos del Emperador. Que mucho y con bisoñez se habla de Amberes, pero...

Eso, que aquí estamos, en este bonito entonno, con Sierra Nevada con una excelente estación de esquí. Disfrutando, di que sí, que de eso se trata. A que andarse con tonterías de investigación y docencia. Lástima que a alguna cabeza preclara, sin bisoñé, se le ocurrió un día que, para animarnos un poco, la Universidad podía muy bien optar a la denominación campus de excelencia, que nadie sabe muy bien lo que es pero por el nombre debe de estar bien. Encima, sólo había 18 candidatos para 11 plazas. Muy mal se nos tiene que dar, ¿no?

Ideal: La Universidad de Granada despierta del sueño de ser campus de Excelencia. Mejor: despiertos y atentos, podemos examinar algunas otras cosas que sin hablar también nos dice la Universidad de Granada.

Llegamos a Granada, después de la visita obligada a Almuñécar y Salobreña, con la intención de matricularnos en alguno de los cursos que ofrece su muy buena, que no excelente, universidad. Pongamos por caso que no disponemos de mucho tiempo porque nos hemos sentido atraídos por la celebérrima oferta laboral de la ciudad y hemos decidido embarcarnos en un proyecto laboral de envergadura que adorne nuestro currículum. Un buen bar. Así que buscamos un curso no presencial pero con categoría. ¿Qué tal un curso virtual de experto universitario por el módico precio de unos 2.100 euros (a unos 67 euros la hora)? Lo sé, afortunados nosotros que podemos disfrutar de una enseñanza que, aun siendo tan barata, es la envidia de Europa, como lo demuestra el espectacular número de estudiantes de intercambio que vienen a Granada, ellos también, en busca de una formación práctica, aplicada y vanguardista. Es sólo una de las grandes aportaciones que la Universidad regala a Granada. Luego está lo de las tapas, que por eso también viene alguno, pero eso es otra historia.

Para colmo, la Universidad no se conforma con esto: no sólo consigue incorporar a nuestros jóvenes a los mejores puestos de trabajo, de los que tanto abundan en nuestra competitiva economía granadina, a cambio de una pequeña inversión durante sus estudios. Además, la Universidad pone su enorme patrimonio a disposición de todos los granadinos, en beneficio de la ciencia, la cultura y el deporte. Por cierto, que en cuanto al deporte, han decidido subir el bono de 20 baños para la piscina universitaria de 54 a 60 euros respecto al año pasado. La verdad es que, como no tenía los 2.000 euros para hacer un curso de experto en economía, no tengo muy claro si eso se ajusta o no al IPC anual (que ronda el -0,4%), pero imagino que sí, que la Universidad es consciente -siempre lo ha sido- de la situación de la economía granadina, de los apuros de las familias y de los miles de jóvenes que buscan en ella un refugio público que le facilite el acceso a bienes de lujo como la cultura y una formación de calidad asequible. Ésa debe ser su función, claro.

Hemos de suponer que quienes están a cargo de dirigir tan solemne institución sí que dispusieron de su buen dinero para formarse adecuadamente en su momento y son las personas mejor preparadas para tomar el rumbo sensato que guíe a nuestra querida universidad por las traicioneras aguas de la crisis. Justo es también que engordemos sus buenos sueldos con nuestras matrículas y tasas. Cuando, ya licenciados, o expertos, o doctores, tengamos el puesto de trabajo que nos merecemos, recordaremos con agradecimiento y lealtad el apoyo que nos han prestado sus insignes responsables.

Yo personalmente dedicaría el tiempo libre que me dejan las clases a buscar nuevas formas de ganar dinero, que sé yo, inventándome módulos interdisciplinares para nuevos másteres con los refritos de mis publicaciones y de ese manual introductorio que nunca me publicaron. Supongo que por eso no soy catedrático.

Carezco igualmente de la visión de futuro de nuestro rector. Es un lastre y lo reconozco. Porque a lo mejor no somos excelentes, pero tiene toda la pinta de que lo vamos a ser:

En Granada hay cuatro Campus Universitarios, además del “Campus Centro”, en el que se integran todos los centros dispersos por casco histórico [sic] de la ciudad. La política de recuperación de edificios de valor histórico y cultural por parte de la UGR ha enriquecido su patrimonio, a la vez que ha favorecido su restauración y mantenimiento. Junto a esa defensa de elementos tradicionales, el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, aún en desarrollo, constituye una apuesta decidida por la innovación, propiciando [bonito gerundio] la interacción con empresas biosanitarias de base tecnológica e impulsando la asistencia sanitaria de calidad y el conocimiento biomédico. Hay otros dos Campus de la UGR en las ciudades de Ceuta y Melilla, en el norte de África [que no en Italia, por si no habéis estudiado en la Universidad].

Lo mismo si el conocimiento biomédico no es lo vuestro, no pintáis mucho en esta ciudad, pero así están las cosas. Lo agradeceréis cuando os pongáis malillos de la espalda de tanto recoger mesas, o cuando os den una mala puñalá trapera junto a INEF (patrimonio de la Universidad), que por lo visto el departamento de medicina forense es la pera.

Tranquilidad, que ya sólo quedan dos párrafos de presentación. Uno, que podríamos titular “Damnificados e interesados”:

En la UGR estudian más de 60.000 alumnos de grado y posgrado y otros 20.000 realizan cursos complementarios, de idiomas, de verano, etc. Imparten docencia 3.650 profesores y trabajan más de 2.000 administrativos, técnicos y personal de servicios.

He estado a punto de caer en la tentación de calcular el importe de una matrícula media por los 80.000 alumnos, pero la abstinencia puede ser una virtud en según que casos. Mejor pasar directamente al último párrafo (¿“Quejas y reclamaciones”?):

El Rector es D. Francisco González Lodeiro y el Gobierno de la Universidad se organiza a través de distintos órganos colegiados y unipersonales, como el Claustro y el Consejo de Gobierno, en el primer caso y los Vicerrectorados, Gerencia y Secretaría General, en el segundo. En la página de Secretaría General de puede encontrar, entre otra información, el Boletín Oficial de la Universidad, Normativa y un directorio telefónico de la Universidad.

¿Y al Rector se le puede escribir? Sí, se le puede escribir. Antes de hacerlo, se recomienda ver su vídeo de presentación para el malogrado campus de excelencia. Yo le estoy escribiendo ahora para que me explique exactamente que es la internzzzión: http://www.cei-granada.es/ (hay que aguantar hasta el minuto 9:33)

Pero no le juzguemos, ni por su apariencia ni por sus aparentes defectos. La memoria es breve. Conviene recordar lo que decían de Carlos V las gentes de su tiempo:

El nuevo rey, un muchacho increíble y disparatadamente joven, con una mandíbula muy pronunciada, no causó una impresión favorable en su primera aparición en España. Aparte de que miraba como un idiota, tenía el defecto imperdonable de que no sabía ni una palabra en castellano. Además ignoraba totalmente los asuntos españoles y estaba rodeado de un grupo de rapaces flamencos.

Y luego el hombre hizo sus cosillas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Felipe y Van Rompuy: Europa

Pronúnciese oiropa, con r alemana, que le da un tono más transcendental, más de destino espiritual; no confundir con ese revuelto de comisiones, consejos, parlamentos, comités y demás corrillos que gustan de visitar los políticos en paro, a la baja o con idiomas (los menos). Vente a Bruselas, Pepe, que si ser funcionario está bien, trabajar en Europa...

Hoy toca Felipe, ex-presidente del Gobierno español, diseñador de joyas y presidente del Grupo de Reflexión sobre el Futuro de Europa. Porque a González y sus reflexiones le dedica El País unas cuantas páginas extraídas de una charla coloquio celebrada en Madrid, dirigida por la añorada Emma Bonino -¿dónde estabas, criatura?-. Lo malo es que o bien por tratarse de una transcripción, o porque ese día Felipe no estaba en lo que estaba, o porque yo no estoy en lo que estoy, la verdad es que no entiendo mucho de lo que dice. Habrá que centrarse, que de eso él sabe bastante. El caso es que cuando habla de su grupo de reflexión, parece más pendiente de dejar bien claros los temas sobre los que no puede hablar que de adelantar alguna gran idea, de las que seguro tendrá, para responder a la pregunta que da título a las páginas de El País: Qué hacer con Europa. Como quien dice ¿Qué hacemos con la abuela?.

El País no nos dice quién formula la pregunta más interesante de la conversación extraída: [El estudio] Tiene que fortalecer la competitividad de la UE, tiene que ocuparse de reflexionar sobre la estabilidad global, migraciones, energía y cambio climático y luchar contra el crimen organizado y el terrorismo. Y al final de toda esa reflexión, sin tocar el presupuesto ni mencionar las instituciones, tiene que hacer un informe de 30 páginas para presentar en 2010. ¿Se siente cómodo con este encargo? Sinceramente espero que la pregunta provocara alguna risa en mitad del coloquio. Si no es así, es que estamos enfermos sin remedio. El País no da pistas al respecto. Quiero decir que no cuenta si hubo risas o no...

La respuesta de Felipe es una cita a medias: Sí, incluso cuando pienso que una vez más el esfuerzo puede conducir a la melancolía. El esfuerzo inútil le habría corregido Ortega. No obstante, sospecho que la cita es explícita, y la omisión del adjetivo responde más a esos tabúes que parecen gobernar su encargo que a un despiste del ex-presidente. Bueno está que me paguen por reflexionar para nada, pero de ahí a contarlo en los periódicos... Me inquieta también ese “una vez más”, como diciendo “venga, pregúntame las veces que ya me ha pasado”. Pero o la Bonino no estaba, o la cogió despistada, o lo dejó correr.

Si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía, decía Hipócrates, unos siglillos antes de que Ortega soltara la suya. En algo de esa melancolía nos tiene esta Europa. Acaban de nombrar presidente permanente a un belga, cosa que no parece mal del todo así en principio. Mejor un belga que algo europeísticamente peor: un inglés. Europeísticamente existe, por cierto, aunque la RAE y Rumsfeld lo nieguen, por distintas razones. Bien, el retrato del tal Van Rompuy me resulta tan confuso como su apellido. A modo de ejemplo:

El Mundo: ...político en la sombra y poeta casi retirado; no queda claro si de la poesía o de la política. Si es listo, me imagino que sería de la segunda, que te queda mejor pensión.

El País: misántropo frustrado y espiritual hasta la médula. La primera imagen que le viene a uno a la cabeza cuando lee estas cosas son unas fotos del tal Rompuy en un futuro no muy lejano, en actitudes poco decorosas con quién sabe quién (o qué). Lo siento, es a lo que nos tienen acostumbrados. No tiene desperdicio tampoco el titular de la noticia: Es cínico, es espiritual, es Van Rompuy. Guionistas de la Marvel: El País busca talentos.

La Razón: ...este belga que escribe «haikus» (poemas japoneses). Gracias por la aclaración.

ABC: ese belga tan aburrido y circunspecto. Seré yo, pero la manera de decir “ese/este belga” me resulta sospechosamente equivalente en el tono a “ese mierda de belga”. ¿Ah, no? Imaginemos a un francés escribiendo en su periódico “ese español tan...”. Imaginémonos después al director del ABC leyendo ese periódico.

Aun así, me quedo con la última, claro, por lo insólito y bello del adjetivo y porque me parece la más digna. El tal Van Rompuy es, además de doctor en economía, licenciado en filosofía. Me imagino que a diferencia de Felipe González, ese belga no habrá leído a Ortega, pero bueno, a alguno habrá leído. Quién sabe, lo mismo encuentra la receta contra la melancolía. En lo que tarde, Europa (oiropa), cada vez suena más a cuento y menos a idea. Un cuento de los malos, de los que sirven para engañar, sin moraleja.

Démosle pues la bienvenida con un haiku de Masaoka Shiki. Masaoka, no masoca, de padre samurai:

Qué distinto el otoño

Para mi que voy

Para ti que quedas.